miércoles, 26 de diciembre de 2012


Tiemblan las hojas silenciosas
La noche azul respira inquieta
Las brisas golpean las gárgolas
La luna oculta una faz sombría.

Un cuervo taciturno y estático
Mira del parque a la iglesia
Somnoliento y expectante
Busca pronto un dolor huidizo.

El dolor no tarde sin embargo
Llega con el olor de las flores
Y parece susurrar: “heme aquí,
He llegado a ti y no partiré”.

¿Qué oigo a la distancia?
¿Acaso sollozos femeninos?
Voces del más allá, sin premura
Agitan más  una noche inquieta.

16:18

26/12/2012

viernes, 30 de noviembre de 2012


He llegado por el aire como brizna
Me marcho como gota de lluvia invernal
El sol me vistió de confianza en Montreuil
Las calles tenían flores tristes pero dulces:
La vida prometió  amor entre susurros
Incluso dio palabra de consuelo al desvalido

Ahora el mundo se ha deshecho y tiembla
Ahora el mundo derrama su tristeza blanca
Y mi camino está cubierto de nieve lacrimosa
Una gota yerra entre espasmos bajo la tormenta
Todo el coraje que deberá reunir para seguir
Lo encontrará en la mirada de un ser inexistente

H. Muñoz

Paris 30/112012 
16:55

domingo, 25 de noviembre de 2012

Trémula como hoja marchita antes de caer
Es la luz del día  que hoy percibimos fugaz
Suspendida e insólita entre bruma de invierno
Y pensamientos  lacónicos, taciturnos
Que vagan por la bóveda gris y húmeda de París
Y un día se desvanecerán en silencio y humildad   

Ha llegado el tiempo de mirar hacia atrás
Las oscuras nubes que ocultaron el horizonte
Hoy día se deshacen con la llegada del silencio
Las flores que pisaron para hundir en el fango
Son sueños entrecortados por el ruido del viento
Por lo que sollozas e imploras: no olvides que morirás

miércoles, 21 de noviembre de 2012




Otro espíritu ha llegado al cuerpo
Mi corazón está afligido, y no digo nada
Decae como un rosal marchito ante la casa
Negro, hermoso y aún aromático
Extiende sus dulces lamentos
Cubierto por flores cadavéricas, flores sin color  
Y gélidas brisas las rodean en silencio
Mi corazón está afligido y confuso
Susurra juramentos de venganza
Decae aturdido como un alma que pena
Sueña siempre con un ser espantoso
¡Oh ventura temible, desdicha mía! 

miércoles, 14 de noviembre de 2012


Mírate al espejo una vez más
Mira la muerte en tu rostro
Mira el fantasma que está a tu lado
No estás solo aunque no lo aceptes
No estás solo hablando contigo mismo
¿A quién puedes engañar? No queda nadie

Haz venido sólo pero te irás lleno de fantasmas
Nadie te advirtió cómo sería este viaje
Soñaste en vano con puentes bajo lluvia
Soñaste que la vida pasaría en tu alcoba
Ahora me preguntas con ojos sin consuelo
Y te respondo: tendrás que esperar para saber

Has envejecido  y aún no tienes treinta y cinco
Has envejecido con gritos ahogados en el Sena
Has envejecido en la desdicha de tu mujer
Has envejecido en sólo una noche de invierno
Has envejecido de rostro azul y labios grises
 Y en unas pocas horas a nadie importará

Ignoro dónde está mi vida y sus promesas
Cómo podría encontrarme ahora tan lejos
¿Qué otra cosa podría darme más allá de fantasmas?
¿Cómo he de vivir sin mi vida o llorar sin mi llanto?
Desconozco el término de la sombra
Me dije: desconozco el fin de la obscuridad

Has envejecido y la vejes te duele mucho
Nadie que conozcas podrá ayudarte nunca
Has envejecido y ahora no sonríes, no sientes
Pero deseas encontrar tu vida y sus promesas
Has envejecido sin mirar el fantasma a tu lado
Y continúas creyendo que hablas contigo mismo

Nadie predijo cómo sería el retorno a la noche
Nadie dio palabra de confianza o una fecha certera
Supongo que sólo podrás esperar paciente
Guardar el silencio en tu boca y bajo tus párpados
Inclinar tu cabeza cuando no sean visiones nocturnas
Disponerte a ser una pavesa efímera sin luz

Ahora que has sido quebrantado y vencido
Has desertado de un sueño largo y vaporoso
Sacaste tus pies de las bardas celestiales
Y estás de vuelta  en la tierra donde perteneces
Tu voz ya no es tan fuerte ni tus palabras tan fatuas
Ya no tiene sentido el orgullo para ti, ni la tozudez


Cuando haya encontrado por fin un motivo
Saldré raudo y heroico como un santo de mi ataúd
Encontraré nuevamente El Camino y un sol brillante
Se apartará la espada hiriente del invierno intransigente
Y florecerá  una estación nueva y luminosa en mi vida
En la época venidera seguro podré hacerlo mejor

Yo salté desde el pináculo sin ángeles protectores
Conseguí ser el dueño de mi destino por unas horas
Para vestirme de negro el resto de mi vida
Ahora estoy desnudo y con un espejo en mi mano
Vi la tormenta venir sobre nosotros pero no creíste
Y su furia era sublime y negra, tan destructiva

Creo que todas las noches que hemos visto están aquí
Y la verdad siempre esta a la deriva durante la obscuridad
Como un fantasma en el espejo junto a mí
Sabía que la tormenta se estaba acercando 
Imagino que tenía que pasar por esto nuevamente
¿Por qué que estar a la deriva y sucumbir? 


H. Muñoz

Paris 14/11/2012

lunes, 29 de octubre de 2012


Yo quiero que  el día sea igual que las sombras
Quiero que las oscuridades sean densas
y se acoja una paz profunda y fúnebre
en el corazón devastado del hombre impío
No espero que el albor brille ante mi rostro
y si así fuera permanezca siempre de espalda

viernes, 26 de octubre de 2012


Cuando la borrasca brama con ímpetu tenaz e irremediable, yo guardo silencio y miro al cielo.
Aunque las sombras se aproximan raudas y yacen acechantes a mi lado, yo guardo silencio y miro al cielo. 
No hay silencio sepulcral que pueda helar mi confianza más heroica o mi más santa determinación.
Mientras afuera el dolor carboniza y calcina, yo guardo silencio y miro al cielo.

Mi vida es una nevada incesante al cerrar los ojos y percibir su hálito a distancia sobre los gritos de la tempestad.

Mi vida persiste sobre una balada interminable de amor y muerte con los lamentos de mis ancestros.
Oigo réquiem de lobregueces en silencio nocturno, aunque lejano, yo sé que proviene de un nuevo firmamento.
En medio de conflicto y batalla, entre la querella y la quimera, yo oigo palpitar su cántico, y produce  en mí una dulce resonancia en mi espíritu.
¿Cómo podría, entonces, dejar de orar y confiar mansamente en mi Señor?


sábado, 20 de octubre de 2012



Mi ojerosa mujer: las manos arden amor y sangran
Permite hoy que mis dedos azules besen tus senos
Que infamen de deseo tu vestido abierto

Sean las palabras como senos desnudos ante mis ojos
Tan habituado estoy a mi destino marcial
que podría destruir la oscuridad que me destruye
Interrumpir la muerte acechante y atestarla  de cielo
llenar la breve gloria terrenal con palabras desnudas

Ellas podrían cominear en tu dulce magnificencia
 Y transgredir el lugar destinado para el sufrimiento

viernes, 12 de octubre de 2012


  
El día cierra pesadamente sus ojos
e inclina su cabeza hacia atrás
El día muere en la avenida
muy cerca de los árboles
y la nostalgia de un adiós apacible
me habla en susurros
La nostalgia es una sombra intensa
que sujeta fuerte por los brazos
y detiene mi marcha lejos del hogar

Camino tras una sombra 
Sintiéndome tan lejos 
Sintiéndome otro
Fuera de este mundo 
Siempre buscando
Perdido en los piélagos de la noche
Siempre aguardando encontrar recuerdos 
Promesas que dejé atrás sin cumplir
Como un niño, sin saber la razón

El día cierra pesadamente sus ojos
Las sombras ocultan sus lágrimas
Sus ojos se abren por última vez
Me mira sin reproches ni remordimientos
con la nostalgia de un adiós apacible
que murmura heridas incurables
que estremece recuerdos y promesas
en esta sensación de estar tan lejos
Oh, tan lejos

viernes, 14 de septiembre de 2012


Ya ha sido suficiente
La tarde no ha entrado por la ventana
El sol ha dejado de intentarlo
se ha cubierto de blanco azoláceo.
El luctuoso septiembre ha llegado pisando tímidamente.
Mi fatiga se muestra en los reflejos del metro
Mis pasos son huellas de divagaciones y melancolías.
Las puertas se oyen cerrar abruptamente como excusas
Yo sonrío sin ganas, vagamente.
La noche llegará hoy más pronto,
El pasado se vestirá de espasmos y desaparecerá.

lunes, 27 de agosto de 2012


Mi vida transita en un atardecer interminable
Entre batalla y desazón
Donde emite  un sonido cerúleo  mi espíritu
Y  mis oídos oyen el taconear de la marcha fúnebre
Mientras tempestades rugen con fuerza

Mas yo sé: si me aferro a ésa Roca
No habrá borrasca capaz de abatir mi paz silenciosa
No obstante la vida clama dolores con fuerza
Y aunque nubarrones sombríos  se ciernen sobre mí
Yo oigo la verdad,  y vivo


H. Muñoz   

27/08/2012
Parîs

martes, 7 de agosto de 2012


Creo que la estación ha tendido un puente invisible
Para encontrarme a tu lado 
Lo siento ahora cuando las limpias olas de viento
Hielan mis párpados, aquietan mis emociones
En el desvanecimiento raudo del sentimiento.

Ahora lo extraño de la tarde son sus frías lágrimas 
Cuando vagan lejos mis sueños contigo 
Entonces soy despojado de mis días
Y no puedo abrazarte ahora, estás muy lejos
En mis ojos no podré retenerte por mucho tiempo.

Días y noches hablando al silencio   
Días y noches abatiendo sus alas sobre mí 

(Lo sé, una quimera agónica debe sucumbir)
Días y noches derribando mi fe con preguntas
Días y noches ocultando mi rostro del espejo.

Tardes de un azul plomizo mojan los faroles
Traen a mi ventana los días de antaño
Son esquirlas de mi niñez trémula y taciturna
Y la impresión cálida y protectora del hogar  
¡Llegan tan dentro de mí mis días de niñez!

Muñoz   07/08/2012   Paris

lunes, 6 de agosto de 2012



Aparece en silencio cuando todos duerman
Ven antes de amanecer la nieve
en el impetuoso huracán del sueño
Dame a beber en tu sexo
Sécame luego los labios con un adiós hiriente
Luego desvanécete en tu licor de nostalgia

Huye dejando en mí espanto y desdicha
Agitándome en desconsuelo rodeado de moscas
En el pánico de un Dios vindicativo y justo
Huye solemne y majestuosa como la muerte
Mis labios guardarán el húmedo sabor de tus muslos
El dolor taciturno de un despertar sublime.

martes, 21 de febrero de 2012


…Y se contempla al espejo entre lánguidas caídas de párpados.  Con sus blancas y somnolientas manos, acaricia uno de sus senos sublimes,  y un hálito suicida se refleja  al mirar su espíritu.  La cabellera como sangre gotea en su cintura y con la piel blanca como una rosa fúnebre adquiere el aspecto de estatua gótica: la belleza trágica, pasada por la complacencia de un Dios misericordioso.
Los ojos de un profundo azul atardecer delatan su intención: “Estaría bien hacer de mí un fantasma intemporal, aislarme en el tiempo para llorar eternamente, o prender la perpetuidad con mis oraciones, maquillarme pálida, marcarme ojeras incesantes, ojos silentes  y labios de plata. Ajustarme un corsé etéreo y envolverme en un vaporoso vestido incorruptible, posarse como un ave extraña en épocas venideras, y jamás volver a sentir la dicha, ni la esperanza”.
Ahora desnudas tus senos  al espejo,
Pintas tus mejillas de lágrimas y languideces.
Desfalleciendo,  miras tus muñecas y deseas vestirlas de rojo.
Como niña trágica deseas dormir decorosamente,
anhelas dormir sola y en silencio.
Ahora tu cuerpo desnudo cae en pozo oscuro bajo tus sueños
Y el rojo púrpura de tu tristeza endulza el amargo negro de las aguas.
Ahora tu sueño es mi sueño, dulce niña, y se hace recurrente en mi espíritu.
Vagabundo sin destino un poco melancólico, un poco demente
pues los aristócratas de espíritu han nacido con ojos de cristal,
Con labios de azogue.
Las quimeras todas ellas muy roídas…
Yo no respiro aire cuando sobre mí tengo muchos años sin vida.
Sólo cuando duermo y sueño entre los senos de la muerte,
Sólo cuando se me quiere recluir,
cuando soy veneno de reptil sin fuerzas para huir…
Las quimeras todas ellas muy roídas…

He estado buscando, colocando los espejos,
Llamándome con otros nombres…
He estado buscando mi vida o mi muerte.
Noches tempestuosas llenas de carros y cerdos negros...
Intento de cualquier forma no rumiar,
solo vivir en mi mente, mi montaña, en mi paraíso.
Las quimeras todas ellas muy roídas…
 Reaccionar, sobrevivir sin dejar de observar y olvidar todo lo demás.

De cuando en cuando vomito las calles, las maldigo,
Conjuro la lluvia y busco la dicha destruyéndome,
Me rio como loco, con sarcasmo y fuego,
 en pantanos sin tortugas,
Y pienso que lo mío no es vivir.

Dormir es dulce
colocarse entre tus piernas
esperar el aleteo de las sombras
ver caer el tiempo en copos de nieve.
Abrir los ojos entre tus senos
besar tus senos con los ojos cerrados
sentir tu sonrisa en mis párpados
y con caricias suaves, casi imperceptibles,
descubrir mis deseos en tus sueños...
 

 
Para que siempre seas en esta lágrima
yo guardo tus ojos en todos los silencios
y cada mañana mi sombra cruza espejos dolorosos…
Permanece siempre en mis labios
una rosa de marfil con el dulce sabor de tu sexo.

En mis sueños soy yo quien abandona los estigmas,
quien recibe los besos de tu piel sin atisbos,
bebe lágrimas en tus senos y acaricia el interior de tus muslos...
¡Desgarro los conjuros, desafío sofismas y oráculos,
despierto en la eternidad de mi tristeza urgido de tu cuerpo
!





Por la ventana del ático donde vivo, entran las sombras de máscara azul.
Yo quisiera retener siempre esta presencia en mis ojos porque los azahares diluyen la fe que no es ocular y vencer se vuelve desgracia constante…
Entonces yo sería dócil y firme,  gigante y paciente,  pero también duro y grave como un Anemoi.
Ahora mi fe es un día en isla de pascua que declina con mórbida melancolía, esperando sólo cubrirse de negros nubarrones.
La oración,  inescrutable montaña del desespero,  llega a mis labios cuando han caído todos los puentes. La escalaré desterrado en sublime promesa de huída y no conjugaré nuevamente noches nubarradas ni canto de escorpiones…


Era mi vida un espejo ante la tarde de octubre...
Una tarde espantosa llena de ansia y oraciones.
Era entretiempo siempre sobre sus ojos en mi recuerdo,
La vida era azul bajo la lluvia y parque de árboles rosas.
Ella, La que recuerdo ahora de blanco encrespado,
Se ha marchado con sus días santos.
Ahora oigo su voz ligera de sonrisa.
Ella, la de mano triste, se ha marchado domínica y dominica.
Tarde de lluvia azul. Tarde de hospitales y muertos.
Ella, la que me enseñó a orar bajo la lluvia, partió en el azul...
Y con ella se fueron los días santos, el azul lluvioso,
El parque rosa, la voz de sonrisa y la mano triste… al cielo.


Era mi vida un espejo ante la tarde de octubre...
Una tarde espantosa llena de ansia y oraciones.
Era entretiempo siempre sobre sus ojos en mi recuerdo,
La vida era azul bajo la lluvia y parque de árboles rosas.
Ella, La que recuerdo ahora de blanco encrespado,
Se ha marchado con sus días santos.
Ahora oigo su voz ligera de sonrisa.
Ella, la de mano triste, se ha marchado domínica y dominica.
Tarde de lluvia azul. Tarde de hospitales y muertos.
Ella, la que me enseñó a orar bajo la lluvia, partió en el azul...
Y con ella se fueron los días santos, el azul lluvioso,
El parque rosa, la voz de sonrisa y la mano triste… al cielo.