miércoles, 26 de diciembre de 2012


Tiemblan las hojas silenciosas
La noche azul respira inquieta
Las brisas golpean las gárgolas
La luna oculta una faz sombría.

Un cuervo taciturno y estático
Mira del parque a la iglesia
Somnoliento y expectante
Busca pronto un dolor huidizo.

El dolor no tarde sin embargo
Llega con el olor de las flores
Y parece susurrar: “heme aquí,
He llegado a ti y no partiré”.

¿Qué oigo a la distancia?
¿Acaso sollozos femeninos?
Voces del más allá, sin premura
Agitan más  una noche inquieta.

16:18

26/12/2012