Tiemblan
las hojas silenciosas
La
noche azul respira inquieta
Las
brisas golpean las gárgolas
La
luna oculta una faz sombría.
Un
cuervo taciturno y estático
Mira
del parque a la iglesia
Somnoliento
y expectante
Busca
pronto un dolor huidizo.
El
dolor no tarde sin embargo
Llega
con el olor de las flores
Y
parece susurrar: “heme aquí,
He
llegado a ti y no partiré”.
¿Qué
oigo a la distancia?
¿Acaso
sollozos femeninos?
Voces
del más allá, sin premura
Agitan
más una noche inquieta.
16:18
26/12/2012