lunes, 13 de junio de 2016

Lo extraño de la tarde son sus frías lágrimas 
Cuando en mis sueños vagan lejos contigo
Y siento que las limpias olas de viento
Hielan mis párpados, aquietan mis emociones
con el desvanecimiento raudo del tiempo 

Creo que ha tendido un puente invisible
Para encontrarme a tu lado despojado de mis días 
Y no puedo abrazarte, estás muy lejos
En mis ojos no podré retenerte por mucho tiempo:
Nada puede detener la caída del tiempo como las lágrimas

Tardes de un azul plomizo mojan los faroles
Traen a mi ventana los días de antaño
Son esquirlas de mi niñez trémula y taciturna
Y la impresión cálida y protectora del hogar 
¡Días de niñez... llegan ululando como fantasmas!

Salgo a las obscuridades de la Eterna Noche
Respirando madrugadas como un pájaro
Cerrando suavemente los resplandores
Que contuve por años para ti en alas de quimeras
Cuyas irradiaciones probaron la presencia del Creador

Han descendido a sus sepulcros con las luces del cielo 
Todas las rosas que plantaste en el parque
Todas se han marchitado después de ti
¿Todas las rosas que en la noche pueden germinar
Habrán de ser sólo hierbas muertas en el amanecer?


Días y noches hablando al silencio   
Días y noches batiendo sus alas sobre mí 

Nada puede detener la caída del tiempo como las lágrimas