sábado, 5 de agosto de 2017

Sin poder dormir

he mirado el cielo anubarrado

desde mi lecho 

entre la espesura de nubes cuervaceas

los vientos han despertado

esta noche


Se agitan mis pensamientos

caen en espiral y torbellino

a las catacumbas de la memoria

y ni aún los gélidos suspiros del viento

me han serenado

esta noche


He escuchado pronunciar en susurros

una lejana y melancólica plegaria

¡Su voz llegando a mí desde el sepulcro

como el perfume de una rosa casi marchita!:

“¡hijo regresa a tu hogar,

esta noche!