Era como si el profundo silencio
de la noche otoñal besara tus hombros
y en recorrido sigiloso de sus manos
llegara al interior de tus muslos.
En tu caminar silencioso por la melancolía
Ondulas suavemente los pliegues de tus faldas.
Un susurro tenue oigo desde los árboles
Que moran discretos bajo la luna.
Desear tus labios desde las sombras,
Desde el frío que palpita, desde mi llanto,
Desde la vida, desde la oración vehemente,
Y no tener otra alternativa que esperar.
Era como si el profundo silencio
De la muerte cerrara sus puertas,
Pero aún viera tu mirada afligida a cada instante,
Y aún percibiera el sublime aroma de tus senos.
Espera amada mía, dulce dolor, tierno desconsuelo,
Mi alma extiende sus alones, vuela sobre árboles
En medio del otoño incipiente y frío
Va directo a ti, directo al hogar perpetuo.
Harold MUÑOZ 26/08/11 Paris