sábado, 15 de enero de 2011

Dogmas siniestros de la modernidad

"He llegado demasiado tarde a un mundo demasiado viejo"
Alfred de Musset

Uno de mis hábitos más danditas es actuar en discordancia con el contexto: la excentricidad deliberada como estética sublime de la existencia, por ejemplo: vivir de un modo bello y elegante en momentos repugnantes, tener la insolencia cínica de ser espiritual entre fanáticos ateos y caballero  entre patanes, y, sin embargo, defender el valor omnímodo de la Verdad. Así como el famoso dandy George Brummell ocupaba no menos de dos horas en acomodar el nudo de su corbata ante el espejo,  MUÑOZ acomoda las ideas de un modo extraordinario ante sí, sólo ante sí, luego accidentalmente -o necesariamente- ante el prójimo.
No obstante, existe en mí una necesidad vehemete de proclamar lo que descubro y ser pedagogico con mis más firmes creencias. De lo contrario cómo puedo exigir que sea identificada la Belleza si el vulgo cultiva lo ordinario y fácil, lo útil y grosero como hábito general. Siempre un "código da vinci" valdría más que toda la Biblia, Paulo Cohelo sería más grande que Dante Alighieri, los jugueticos maniaticos de Jeff Koons serían superiores a las obras de Caravaggio, o las feas figuras de John Currin más bellas que las misteriosas damas de Harold MUÑOZ... y nadie advertiría la perfección en el nudo de la corbata de Brummel.

El texto publicado bajo el nombre: "hacia un realismo anarquista y sin dogmas" me ha traído no pocas críticas e insultos; la creencia ciega de que el arte en una manifestación "conceptual" y no estética es un Dogma aberrado, pero tiene seguidores fanáticos, violentos e intolerantes; dispuestos a hacer lo que sea por mantener celosamente su torre de babel: ristra de mentiras confusas... Pero MUÑOZ, siempre decidido a permanecer alejado de lo enagenable y grosero, se ocupa de trabajar fielmente en la reconstrucción del Realismo Romántico de los maestros antiguos y proliferarlo de manera brillante.

Todos sabemos que gracias a los Dogmas la humanidad sigue marchando y actuando: la política, las organizaciones, los bancos, las franquicias, las policías, los servicios de espionaje, las escuelas literarias o artísticas, los verdaderos y los falsos profetas, los explotadores y los explotados, los nazis y los comunistas, los religiosos o agnosticos, las revoluciones sangrientas, las paces florecientes, las sillas eléctricas y las cajas de ahorro, la caridad y la anarquia, y nadie tiene el deseo ni la capacidad de detener esto. Que no podamos, es algo nefasto y maldito, pero que no tengamos deseo de cambiarlo  nos deja boquiabiertos. Lamentablemente los dogmas tienen ventajas para el hombre mediocre: es repetitivo, no exige mucho qué pensar, produce mucho dinero; fabrica también los antivalores: la comodidad del falso honor, de la unidad psicológica y lógica, y te mantiene de moda. Todos estos antivalores, cuando no son un suicidio espiritual colectivo (lo cual ya es suficiente), son sólo medios para distraer al hombre de su busque más apremiante, o lo que es peor para que el hombre, al darse cuenta que no hay NADA de verdad en sus creencias dogmáticas (religiosas, filosóficas, políticas, artísticas, sociales o lo que sea), se desespere, contagie a los otros y desacrediten los "valores" actuales.

Que Jesucristo predique las buenas nuevas, hable de grandeza y dignidad no inquieta a nadie; pero que proclame la VERDAD a la humanidad y llame hipocritas a los religiosos de su tiempo no es aceptable en absoluto, inmediatamete debe ser condenado a morir en una cruz. Que Juan Bautista clame en el desierto y bautice no inquieta a nadie; pero que le grite la verdad a Herodes en su cara es imperdonable, debe ser condenado a la decapitación instantanea. Que MUÑOZ pierda la esperanza en la vida, se ahorque como Gerard de Nerval, que muera tirado en la calle como Poe o con una bala como Van Gogh, que le heche fuego a sus obras como Gogol, que se calle durante diez largo años como Racine, eso a nadie le importa. ¿¡Qué nos hacen un MUÑOZ, un Gerard de Nerval, un Gogol, un Poe, un Racine, de más o de menos!? La humanidad sigue su curso sin ellos. En cambio, que MUÑOZ  pierda toda esperanza y se vuelva en contra de lo que lo defraudó, que Dostoievski escriba: "desaparezca el mundo siempre que pueda tomar mi taza té" o "es vergonzoso vivir más de cuarenta años", la sociedad se siente subitamente amenazada y se decide sin titubear que deben ser eliminados en nombre del Dogma...

Sin embargo las acciones anarquicas que predico, mis excentricidades dandistas, y mi Realismo dejaron de ser abstractas, como dejaron de ser peligrosos los surrealistas...

¿Tenemos que defendernos contra el Genio, en lugar de defender el propio Genio? Si Nerval se suicida ¿a quién le molesta? siempre quedaré, después de él "una determinada cantidad de ideas", que una bala atraviese la cabeza de Van Gogh ¿a quién le hace daño? queda una gran cantidad de obras en museos de más o menos calidad; a la persona de Gerard o Vincent no la necesitamos. Pero que Harold MUÑOZ viva todavía durante diez o veinte años más después de desafiar la modernidad, corremos el riezgo que su existencia contradiga sus propias ideas... esto es, de su parte, una idea genial y una falta imperdonable.

En Prière - Stéphane Bordèse - Kathleen Battle





Si la voix d'un enfant peut monter jusqu'à Vous,
Ô mon Père,
Écoutez de Jésus, devant Vous à genoux,
La prière!
Si Vous m'avez choisi pour enseigner vos lois
Sur la terre,
Je saurai Vous servir, auguste Roi des rois,
Ô Lumière!
Sur mes lèvres, Seigneur, mettez la vérité
Salutaire,
Pour que celui qui doute, avec humilité
Vous révère!
Ne m'abandonnez pas, donnez-moi la douceur
Nécessaire,
Pour apaiser les maux, soulager la douleur,
La misère!
Révèlez Vous à moi, Seigneur en qui je crois
Et j'espère:
Pour Vous je veux souffrir et mourir sur la croix,
Au calvaire!

miércoles, 12 de enero de 2011

Gemidos Lacerantes

Harold MUÑOZ. Sin título; oleo/lienzo
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Ven en la tarde cuando se hayan secado tus lágrimas y siéntate a descubrir mis secretos: pensarás cúan sólo estoy jugando a no entregarme dócil a la noche que me aguarda al otro lado de la aurora, y que espero lo inesperable sin fe ni quimeras. Porque me entregué sordo a la vida saciando sólo el apetito de tus venas, sembrando cada desolación que caía en mis manos para recoger su fruto temprano y sin premura; vomitado en la cara por el desprecio, orinado por la melancolía, con gruesos escupitajos de la orfandad...
Sé lo que piensas de mí: tus gemidos llegan a mí en la madrugada cuando el martillo del tiempo encierra la noche para que muera de atficia. Tus gemidos son amenazas de caer nuevamente en el abismo, delatores de un amor enfermo y ajeno al que no corresponde un ápice de mi dolor.
Ésto es lo que piensas:
"Sólo anhela gotas de mi sexo y me abducirá mucho tiempo en su deseo, por tanto, le incrustaré mis más dolorosos gemidos de madrugada, no le daré mis lágrimas mas tomaré las suyas."
He sido herido muchas veces por tu llanto, cada romería de tus lágrimas son espasmos en mi memoria. Ahora te escondes y temes desnudar tu sexo, pues sabes bien lo letal que puede ser mi lengua puntiaguda y afilada.
Ven en la tarde y te mostraré cada uno de tus lamentos y gemidos ajenos, descubrirás mis secretos: todos ellos clavados en mi pecho...